Aldo Lavagnini, prolífico autor de manuales masónicos en el siglo XX, propone en este texto una síntesis elegante del ideal del caballero masón: hombre de honor, buscador de la verdad y constructor moral del mundo. El manual alterna explicaciones rituales con enseñanzas éticas y filosóficas, invitando al iniciado a comprender el símbolo no como adorno, sino como principio activo de transformación.
Se exploran las virtudes caballerescas —valor, justicia, fidelidad— en relación con los grados simbólicos y filosóficos. Lavagnini propone una pedagogía gradual, donde cada símbolo es una herramienta y cada grado, una etapa del despertar. El caballero masón no lucha con armas externas, sino con la palabra justa, el pensamiento elevado y el silencio interior. La espada, aquí, es símbolo del intelecto purificado.