Los tesoros ocultos de todas las magias es una obra que circuló bajo el nombre de Alberto Magno y que se convirtió en lectura clave para los estudiosos del ocultismo medieval. El tratado se presenta como un inventario de fórmulas, conjuros, símbolos, correspondencias astrológicas y manipulaciones alquímicas para ejercer influencia sobre la materia, el espíritu y las potencias invisibles. En él se recogen nociones procedentes del hermetismo, la cábala, la astrología árabe y la medicina natural, combinadas bajo un enfoque que ve a la magia como el arte de operar en armonía con las leyes divinas del universo.
El texto no solo busca enseñar prácticas mágicas, sino también justificar su legitimidad dentro de un marco cristiano y neoplatónico. La magia, cuando se orienta al conocimiento y no a la transgresión, es vista como una extensión de la sabiduría divina, revelando la estructura secreta del cosmos. La obra propone que todo lo creado —minerales, plantas, palabras, planetas— posee una firma espiritual que puede ser leída y activada. Así, los secretos de la magia son también los secretos del alma, y el operador mágico, un sacerdote encubierto que traduce símbolos eternos en actos concretos.