Esta versión corregida del célebre Secreta mulierum ac virorum pone de manifiesto la fascinación continua que el cuerpo humano ejercía sobre el pensamiento medieval. En ella se revisan con mayor precisión las observaciones sobre la fisiología de la mujer y el hombre, el proceso de concepción, las etapas de la vida, y las influencias cósmicas que rigen la sexualidad y la salud. El texto ha sido pulido tanto en estilo como en contenido, con la intención de ofrecer una versión más coherente con los conocimientos médicos y filosóficos del siglo XV.
Aunque repleto de nociones hoy obsoletas, el tratado refleja una búsqueda genuina de armonía entre naturaleza y destino. El cuerpo aparece como portador de signos, no solo síntomas, y el conocimiento del mismo tiene valor tanto terapéutico como espiritual. Se recomienda la observación de los astros, el uso de remedios naturales y la práctica de ciertas virtudes para mantener el equilibrio entre las fuerzas internas. Así, los secretos del cuerpo no se reducen a lo físico: son claves simbólicas para interpretar el alma humana.
