Besant explora en profundidad la ley de la reencarnación, presentándola como una clave para comprender la justicia cósmica y el desarrollo del alma. A través de múltiples vidas, afirma, cada ser humano aprende, purifica su naturaleza y desarrolla virtudes que lo acercan a su divinidad interna. Este proceso no es castigo, sino evolución consciente, donde cada existencia es una oportunidad de crecimiento.
La autora responde a objeciones comunes sobre la reencarnación y la conecta con las enseñanzas de Cristo, Buda y otros maestros, argumentando que esta doctrina ha estado implícita o explícita en muchas tradiciones. Para Besant, conocer esta ley transforma la vida cotidiana: despierta responsabilidad, paciencia, esperanza y una nueva comprensión del destino personal y colectivo.