Este manual brasileño o portugués, destinado al grado de Aprendiz Masón, introduce al iniciado en los primeros misterios del Arte Real. El lenguaje es claro, directo, y se centra en explicar los símbolos esenciales del primer grado: la piedra bruta, la escuadra, el mazo, el silencio. La instrucción busca formar el carácter, afilar la voluntad y templar el juicio. El aprendiz es exhortado a observar, escuchar y trabajar.
Se percibe una fuerte impronta moralista, pero también una sensibilidad espiritual. El texto afirma que la verdadera iniciación comienza por el autoconocimiento y la disciplina del ego. El aprendiz no debe buscar aún la luz total, sino aprender a habitar la penumbra del Taller, donde cada palabra y cada gesto están cargados de sentido. Se trata de un despertar lento, laborioso, pero luminoso.