Esta obra de Anna Kingsford plantea una profunda reinterpretación del mensaje cristiano desde una óptica esotérica, centrada en el despertar del alma y su unión con el Cristo interior. No se trata de una biografía ni de una visión teológica tradicional, sino de una guía simbólica que revela las etapas del camino espiritual a la luz de los misterios cristianos. Según Kingsford, el Cristo histórico es una figura arquetípica que representa el modelo de ser humano divinizado que todos llevamos dentro.
La autora desarrolla una lectura iniciática de los Evangelios, en la que cada episodio de la vida de Jesús es una clave oculta para la transmutación espiritual. La crucifixión se convierte en un símbolo del sacrificio del ego, la resurrección en la victoria del espíritu, y el amor crístico en la expresión más pura de la sabiduría divina. A través de estas páginas, Kingsford señala que seguir la vía de Cristo no es repetir ritos externos, sino vivir una transformación interior que culmina en la iluminación.