Este tratado explora el desarrollo de la conciencia superior a través del pasaje del pensamiento racional hacia un estado de percepción intuitiva. Alice Bailey describe este tránsito como una verdadera transfiguración interior que implica entrenamiento mental, purificación emocional y alineación espiritual. La intuición, según ella, no es una facultad mística aislada, sino una expresión clara del alma en contacto directo con la mente iluminada.
Plantea que el trabajo del aspirante es entrenar el intelecto no para desecharlo, sino para refinarlo al punto en que pueda ser el canal transparente del conocimiento superior. La autora guía al lector a través de etapas de introspección, meditación y servicio, presentando el proceso como una alquimia interna donde la luz del alma se convierte en guía permanente del ser humano.