Este texto enigmático, probablemente de origen alquímico o cabalístico, presenta las letras del alfabeto como puertas simbólicas hacia estados de conciencia, arquetipos espirituales o principios metafísicos. Cada letra encierra un significado oculto, muchas veces relacionado con el número, la forma geométrica y el sonido. El acertijo es, más que una adivinanza, un ejercicio de contemplación simbólica que requiere atención y sensibilidad.
El lector no encuentra aquí respuestas claras, sino claves dispersas: juegos de correspondencias, iniciales que remiten a fórmulas herméticas, alusiones crípticas al macrocosmos y al microcosmos. El alfabeto es presentado como un código de acceso al lenguaje universal, aquel que fundó el mundo y lo sostiene. Decodificar el acertijo exige abandonar la lógica ordinaria y entrar en el reino de los símbolos vivos.