En este libro, Alice Bailey interpreta los doce trabajos del héroe mitológico Hércules como símbolos del viaje espiritual del alma a través de las distintas pruebas del zodíaco. Cada trabajo representa una lección que debe ser dominada en el sendero del discipulado, ilustrando cómo el alma, encarnada en el mundo, enfrenta y trasciende los desafíos de la materia.
La autora vincula cada labor con una constelación, mostrando cómo las energías zodiacales influyen en el crecimiento espiritual. Con un enfoque pedagógico y místico, se plantea un modelo práctico de autoconocimiento y transformación. La obra se convierte así en un manual simbólico para el aspirante que busca comprender las etapas de su evolución interior.